La fuerte y constante destrucción de empleo que está sufriendo nuestra economía desde hace bastantes meses no solo supone un drama para cinco millones de personas que no tienen trabajo sino que está poniendo en peligro uno de los pilares del Estado, el sistema de la Seguridad Social.
Así lo reconoció el viernes su secretario de Estado, Octavio Granado, que admitió que «tenemos ciertas incertidumbres respecto al equilibrio del sistema» al terminar 2011. Hay que recordar que octubre cerró con un superávit de 5.610,60 millones de euros, lo que supone una reducción del 44,3% respecto al mismo mes de 2010.
Granado explicó que si la Seguridad Social tuviera déficit —podría ser de unos 300 millones de euros—, se financiaría con las cantidades pendientes de pago (empresas y administraciones deben a la Seguridad Social unos 8.000 millones de euros; de esa cantidad, casi 2.000 millones son aplazamientos) o con el Fondo de Prevención de accidentes (mutuas), y no sería necesario acudir al Fondo de Reserva, la denominada «hucha de los pensionistas», que tiene unos 65.000 millones de euros.
